sábado, 30 de noviembre de 2013

¿Cómo llegó a ser una pirata Mugiwara?

Buenas. Pues esto no es más que un fic que escribí hará uno o dos años y que he decidido colgar aquí con alguna modificación realizada. Así que no juzguéis mi forma de escribir (?) Aunque eché toda una tarde, me sentía inspirada aquel día.

Aun así ya podréis saber como llegó Akari a la banda en la que está.


Lágrimas sin destino


Todo comenzó en la isla que se encuentra a la entrada de Grand Line y el lugar de inicio para muchas bandas piratas cuyo objetivo es encontrar el one piece. La isla también es conocida como “la ciudad del comienzo y del fin” ya que es el lugar donde nació y murió el mismísimo rey de los piratas,Gold Roger.

Pues allí encontramos a una chica huyendo .Ella era y es de cabello castaño y ondulado que le llegaba poco más de los hombros,sin faltar con algunos pelos sueltos cubriéndole la frente pero más largos en la zona izquierda. Era de tez blanca aunque no llegaba a ser pálida,con labios y nariz de no de muy grande tamaño, sin faltar sus grandes ojos de tono marrón y un diminuto lunar en el ojo izquierdo. No vestía con ropas de grande prestigio ya que no poseía en sus pertenencias suficiente dinero,simplemente se abastecía con una camiseta de mangas cortas roja y una falda corta de color marrón adjuntada con unos botines del mismo color.

                     
Unas voces se escuchaban detrás de sus pasos parecía que la perseguían.
– ¡Ahí está la chica!
– ¡No permitamos que se vuelva a salir con la suya! – Le comunicaba el primer hombre al segundo.
A cada paso que daba la chica una lágrima caía de su cara recorriéndole parte de la mejilla y terminando su trayectoria en el suelo dejando la húmeda marca de la gota. Estaba huyendo de dos tipos con unos atuendos bastantes misteriosos. Tras largos metros de distancia giró en uno de los callejones, sin embargo no conseguía despistarlos ni por asomo. Tras cruzar tropezó y calló al suelo,estaba acabada, no tenía otra opción que ser capturaba, no dejaba de mirarles con terror mirando hacia atrás.

Estaba angustiada y al mismo tiempo llorando,estaba harta de todo aquello. Así que sin parar de llorar se llevó las manos a la cabeza dando un fuerte grito que rebotó entre las paredes originando un fuerte eco. De repente, en el suelo empezaron a brotar una seria de raíces que rodearon los pies y las manos de los hombres aquellos dejándolos completamente inmóviles.
– ¡Mira que eres estúpido! – Le gritaba uno de ellos al otro.
– ¿Qué quieres que haga? Nunca me comentaron que la chica fuese usuaria.
Tras levantar la cabeza,pudo observar que los dos hombres estaban discutiendo. Así que aprovechó la ocasión para poder huir con las pocas fuerzas que le quedaban hasta un lugar seguro más allá de aquel viejo callejón. Siguió su trayectoria corriendo,hasta un punto en el que no podía más y se dio un descanso en una gran plaza sentada en un escalón pensando en lo que le había ocurrido.

Cuando fue a levantarse escuchó un grito, parecido al de un chico joven que venía del cielo y finalmente fue estampado con el suelo, lo que producio un fuerte estruendo. Una gran columna de humo formó su caída frente al suelo y la llamada de atención de todos los que se encontraban en la plaza e incluso la de la chica que corría. En el mismo momento del golpe algo salió volando al lado de la chica,un sombrero de paja con una cinta roja anudada. Poco después el chico se levantó rápidamente.
– Ña~ ¿Cómo me habrá mandado el viejo del humo tan lejos? ¡Ah~!¿¡Dónde está mi sombrero!? – Dijo llevándose las manos a la cabeza.
El estado de ánimo del chico se volvió a exaltado de pronto, como si le importara aquel objeto y fuera verdaderamente importante para el. Ella suspiro aliviada,cogió el sombrero y se dirigió para acercárselo.
– ¿Esto es tuyo? En todo caso ten, se te calló antes. – Dijo sonriéndose tímidamente con el sombrero entre sus manos.
– ¡Wow~! ¿Dónde estaba? ¡Gracias por encontrármelo!

El chico se ánimo, su excitación era tan alta que le arrebató rápidamente de las manos el sombrero a la chica. Ella también se alegró, siempre le gustó poder ayudar a los demás en todo lo que pudiese y que pudiese haber alegrado a alguien también hacia que ella se alentara.
– No tienes porque da.....¡Ah!
No terminó la frase cuando inmediatamente fue agarrada por detrás de las dos manos eran otras vez los hombres de antes, no podía moverlas así que probó a sostenerlos de las piernas como hizo anteriormente, lo que ocasiono la excitación del chaval ya que nunca había visto una habilidad como aquella. No obstante la fuerza de la chica fue reduciéndose hasta el punto de caer al suelo haciendo también que sus enredaderas desaparecieran.
– Ka-kairouseki... – Dijo en voz baja en el momento que caía al suelo.
– ¿Te crees que esta vez íbamos a venir preparados? - Dialogó uno de los dos hombres
– Esta vez si que vamos a llegar a capturarte. - Le contestó el otro hombre mientras zarandeaba la llave y finalmente la lanzaba a unos cuantos metros más lejos
Había sido apresada por unas esposas de kairouseki, una especie de mineral que tenía la capacidad de disminuir la fuerza de todos aquellos que son usuarios de fruta del diablo,nuevamente la chica miró al suelo aún estando en el y esparció unas lágrimas, pensó que esa era la definitiva y que no iba a conseguir escapar.
– ¡Detente! – La voz del joven resonó en la zona dándole un puñetazo a cada uno con cada una de sus manos cuando las estiraba,algo raro en una persona normal. Aún así aquel grito proporcionó un espectáculo en la zona. – ¡Llorona!¡Quédate ahí,voy a ser yo quien le de una paliza a estos dos! – Dijo lanzando el sombrero de paja sobre la cabeza de la joven, por lo que se podía ver se estaba preparando para empezar una batalla.

Ella asintió la cabeza, sus ojos seguían llorosos a causa de las lagrimas aunque se los hubiese secado ya varias veces. Estos brillaban al recibir la luz directa del sol, ella seguía con el sombrero en la cabeza, sin embargo le resultaba molesto ya que podía hacer nada por las esposas.


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La mini batalla concluyó saliendo victorioso el chico de cabellos negro azabache que se acercó a la chica para poder quitarle las esposas. La joven estaba aturdida, acabó levantándose con trabajo debido a la fatiga sacudiéndose sus respectivas ropas,estaba un poco herida pero esto no evito para que pudiera conversar con el chico.
– ¿Qu-quién eres?
– ¿Yo? Soy Monkey.D.Luffy.El hombre que se convertirá en el próximo rey de los piratas y oye.¡Llo-llorona! ¿¡Co-cómo puedes hacer hacer eso!? – Tras nombrarle por el apodo que el mismo le había puesto, el chaval e emocionó tal vez le llamaba la atención el poder que adquirió debido a su fruta.
– ¿Esto? – Dijo haciendo brotar unas raíces de su palma – Es de la fruta enredadera, sí soy usuaria de ella puedo hacer brotar raíces y las puedo moldear a mi antojo, además mi cuerpo también está formado por ellas lo que me convierte en la chica árbol. Pe-pero aún así soy muy débil todavía. No soy capaz de poder protegerme a mi misma. – Continuó diciendo agarrándose el codo una vez más deprimida hasta el punto de volver a llorar.
– Vamos llorona, que así no vamos a llegar a ningún lado.- Dijo con las manos echadas detrás de la cabeza con la cara desinteresada.
– ¡Qué no me llames más llorona, tengo un nombre! – Anunció levantando la cabeza hacia arriba y a la vez gritando – Por cierto mi nombre es Akari, Akari Kiyoshi y esto es tuyo. – Bajó la cabeza para poder quitarse el sombrero. – Gracias por todo, pero me tengo que marchar ya.
La chica le sabía mal irse,pero por otra parte le alegraba que alguien la hubiese ayudado lo que ocasionaría un buen recuerdo para ella. Luffy, parecía ser que no quería consentirlo por eso mismo hizo lo posible para que no se fuera, como cuando los niños insisten en que no los dejen solos.

– ¡Akari! – Un grito hizo que ella se parase y tragara fuertemente saliva – ¿A dónde piensas ir?
– ¿Te importa acaso? Iré a donde me venga en gana. – Dijo bruscamente apretando sus puños por abajo mientras se mordía el labio inferior.
El chico era insistente, la joven no tenía carácter fuerte, precisamente por ese motivo quería influirle a que se fuera con el. Así que puso interés en la brújula magnética que tenía en su mano izquierda.

– ¿Vas a ir a Grandline? Yo creo que con esa brújula y tu sola vas a acabar muy mal allí.¿Quieres unirte a mi tripulación? Hay sitio para uno más y seguro que te llevarías bien con Zorro y Nami y seguro que te reirás mucho con Usopp y con Sanji, ¿De verdad que prefieres viajar sola?
Luffy era muy testarudo,lo que conseguía que la chica sintiese atracción por irse con ellos, sin embargo seguía negándolo a pesar de que ella misma sabía que sola no podía llegar a Grandline.

– ¿Y qué pasa con eso? No sé quienes son, no me interesa. A parte eres muy raro no sé que pasa a tu cuerpo, no eres normal.

El carácter infantil del chico podía con el, como notaba que por su propia voluntad no iba a conseguir que la chica reaccionara para que se largase con ellos. Entonces Luffy alargó su brazo y la enrolló en el para que no se pudiese mover. Poseía más fuerza que ella. Al sostenerla estiró el otro brazo a uno de los edificios y posteriormente lo encogió produciendo que los dos saliesen disparados hacia el, la chica no dejaba de dar gritos, nunca se esperó que fuera a realizar tal burrada. Una vez arriba el chico divisó una tras otra las calles sin moverse de ahí hasta que observó a cuatro personas que estaban caminando que saludó con la mano mientras los llamaba a cada uno por su nombre, sin duda deberían ser los chicos que comentó antes .

Hizo el mismo proceso que antes pero a la inversa haciendo que bajasen hacia abajo, tras llegar abajo la chica le dio una bofetada en todas sus narices.

– ¡Pero que te crees que haces, poco más y nos matamos! - Dijo dándole voces a Luffy agarrándole la camisa fuertemente al mismo tiempo que lo zarandeaba.
Todos comenzaron a mirarla extrañados, nunca la habían visto, se quedaron sin palabras mientras hacían comentarios sobre ella.
 – Oye,¿Quién es esta chica? – Comentó el peliverde
 –  ¿No lo ves Zoro? Ella es nuestra nueva nakama. – Contestó su capitán sonriente y confiado.
 – ¿Qu-qué soy qué? - Se introdujo la chica
– Sí, ¿Para que traes mas gente? - Dijo el nariz larga.
– ¡Oh! Que se quede con nosotros, es la perfecta morenaza que nos faltaba. - Continuó el hombre de rubio de las cejas rizadas haciendo un bailecillo extraño sobre ella.
– Bueno, tampoco nos vendría mal otra chica. Aunque si nos traicionas a la primera de cambio te quedas fuera.- Anunció la chica de cabellos anaranjados entra una aura siniestra, aún así luego se hecho unas risas – No te preocupes, seguro que nos llevaremos bien.
– No os tenéis que preocupar, he estado parte de la tarde con ella y os puedo garantizar que es buena gente. - Concluyó el capitán entre risas

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